Consecuencias de la guerra.
Todos hemos escuchado lo que son las guerras, hemos leído miles de
informes, personajes claves, evidenciamos el horror que se refleja entre cada
fragmento, cada palabra pronunciada por algún apasionado historiador, que seguramente
tuvo que vivir en carne y hueso esa situación. Cuando pasamos a ver documentales
o películas en las que el tema central es este, lo normal es que se nos generen
sentimientos tales como el odio, la tristeza, la desesperanza, y el alivio de
saber que sencillamente apenas termine la película nos encontraremos de nuevo
en casa, seguros y cómodos. Si este tipo de sentimientos es lo que nos recrea
una secuencia de imágenes, ajenas a nuestra realidad contemporánea, ¿Qué debieron
vivir aquellos que si presenciaron el horror de la guerra? ¿Cuáles serían los
sentimientos que tendrían a diario? Saber que su familia puede estar muerta,
que su país se está volviendo pedazos, que el sentido de su vida termina en
hacer daño a otros seres humanos, por obligación del gobierno, porque puede que
te convenzan que estás luchando por tu libertad, por tus derechos, pero en el
fondo… Duele, duele lo que debes hacer para conseguirlo.
De hecho un dato curioso es que todos aquellos que participaron como
soldados de trinchera quedaron con algún tipo de trauma o adicción, al
preguntarles sobre su historia sobre la guerra reaccionaban de una forma
realmente violenta, su familia debía soportar todo esto en silencio, sabiendo
que nada podría hacerlo olvidar lo que sucedió, lo que hizo. Esto simplemente basándonos
en simples sentimientos humanos.
Pasemos a los daños a nivel económico. La destrucción del país en casi
su totalidad hizo que se endeudaran con otro para poder reconstruir sus
ciudades y la vivienda de cada quien, por otro lado las empresas se
convirtieron todas en fábrica de armas, lo que daba paso al cierre de cosas más
necesarias como industria textil, agraria, farmacéutica, entre otras. Por lo
que además deber mucho dinero, sufrían hambruna, pobreza, en resumen escasés de
todo.
Además la ausencia de hombres dio paso a que no hubiese nadie para
trabajar en los campos, al finalizar la guerra la siguiente generación se
redujo un 60% debido a que no había hombres, por otro lado la fabricación de
armas nucleares, el nacionalismo, la fomentación de venganza y violencia,
hicieron degenerar la moral y conducta de muchos seres humanos. La guerra lo
cambia todo, te permite ver que la ridiculez humana no tiene límites, que el
hombre pasará por encima de cualquier vida por conseguir lo que quiere. Ojala
utilizase toda esta inteligencia y capacidad laboral para algo más que destruir
a su propia raza.
Comentarios
Publicar un comentario